El amor aflora en lo cotidiano

El amor aflora en lo cotidiano
...en el instante que se vive

domingo, 29 de mayo de 2016

EL TONO QUE UTILLIZAMOS CON NOSOTROS MISMOS

Imagen tomada de la Internet . Obra de Montserrat Guidoll.

Voces... de ausencias
 de recortes sin destino, 
de figuras inconclusas... Voces. ©



Hace unos días estaba en prueba de un vestido de fiesta, indicaba a la diseñadora lo que quería y cómo lo quería sin detenerme a pensar en las palabras que decía. Le proponía que la manga del vestido fuera a cierto nivel porque tenía el brazo un poco gordo y algo flácido, luego cuando ella me mostraba cómo iba a quedar  la falda, inmediatamente le dije que no usaba nada ancho abajo porque era una… (Palabra descalificativa para referirme a mi estatura baja). Lo dije como burlándome de mi misma, pensando que hablaba de una manera relajada y que esto solo mostraba que me aceptaba plenamente, es decir, reconociendo los puntos débiles y fuertes de mi cuerpo. Eso era lo que pensaba, otra cosa fue lo que la diseñadora recibió y me lo dijo. Es  por esto que quiero escribir acerca de la manera que utilizamos para hablarnos.

Tengo claro que esa idea de tener todo bajo control y mantener las debilidades a raya, aparte de ganarnos la aprobación de otros solo nos lleva a cansarnos y a debilitarnos por dentro. En la medida que más estudio y más cursos tomo lo confirmo. ¿Entonces por qué persistimos en darnos palo cuando nos hablamos?

Tenemos que volver a hablar de los hábitos, de esa voz en off que se ha especializado en pulsar botones de alerta. Muchas veces hay que escucharla pero otras no y en esto radica el cambio.

Lo más simple si has leído hasta aquí, es decir: esta persona no se acepta, tiene baja autoestima y cosas similares, pero no, va más allá de esto porque repetimos conductas  automáticamente. Se trata de que no somos compasivos con nosotros mismos. Somos capaces de ser más blandos con los demás pero cuando se trata de nosotros nos damos duro.  

¿A qué voz recurrimos cuando nos hablamos, a la de la madre enojada que descalificaba, o a la del padre castigador que nos señalaba nuestras equivocaciones?
Tenemos que estar consientes porque ya no debe haber otra voz que deba importar sino la nuestra y esa voz debe ser amorosa, respetuosa, sana y efectiva.

Ser compasivos a nivel físico, emocional y mental es llevar nuestra mirada suave a cada una de las partes de nuestro cuerpo y a nuestros pensamientos. No es negar situaciones concretas, es salir de ellas para que estas no generen emociones negativas en nosotros. Es saber que hay puntos que no favorecen pero hay otros tan positivos que si nos enfocamos en ellos, los demás pasarán desapercibidos.

Recordar que nuestros pensamientos son eso, pensamientos y no verdades fijas. No debemos apegarnos a conceptos, a imágenes ni a palabras que nos hayan entregado en un pasado acerca de nosotros. Nada nos define, somos un todo, un terreno que siempre está listo para ser sembrado, tierra fértil que acepta buena siembra.

Nuestra voluntad y la capacidad para sobreponernos depende de lo que nos decimos. Sí, pero esa voz no tiene porque ser todo el tiempo dura y descalificadora.

En conclusión, una invitación que me dejo y les dejo: ¿por qué no hablarnos como le hablamos a ese ser que amamos, o es que tampoco con esa persona nuestra voz es constructiva y alentadora?

“La voz es reflejo de lo que sientes. Si quieres cambiar tu comunicación, no cambies tu voz, cambia lo que sientes”. Oriol Pujol Borotau.

Un abrazo de luz sostenido, seguimos creciendo y construyendo desde el amor. 

Susana Jiménez Palmera 
Maestra en Reiki
Coaching personal.
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sábado, 21 de mayo de 2016

TREN DE NOCHE A LISBOA



De cualquier película, libro, programa de televisión, hasta de los famosos reality shows tan criticados podemos aprender si así lo queremos. De acuerdo a nuestros gustos elegimos qué temas o programas nos agradan más, pero algunas veces nos plantamos frente a esa caja que llamamos Tv y literalmente miramos lo que pasan en los diferentes canales, o nos ponemos a jugar con el control haciendo zapping, sintiendo que al menos en esto tenemos el control.

Cuando me siento a ver un programa, una película o lo que decida ver, lo hago con la misma pasión que hago casi todas las cosas y puedo asegurarles que hasta de un reality podemos sacar mensajes interesantes. En ese caso concretamente, observando el comportamiento que surge en  realidades extremas como es el estar encerrado y vivir situaciones de manera rápida. Todo esto para decir que una simple película podría movernos el piso, cuestionarnos, entregarnos diálogos y frases que nos llevan a “viajar hacia nosotros mismos”

“Tren nocturno a Lisboa” nos anima a realizar un viaje, nuestro propio viaje al sitio que deseemos, porque cualquier lugar así hayamos estado antes, nos va a llevar un poco hacia nosotros mismos.

No he leído el libro pero hace unas semanas alguien  me invitó a ver esta película. Sin importarnos la crítica o lo que decían de ella quisimos descubrir la travesía de un profesor de lenguas clásicas, el protagonista. Un ser solo, abandonado por su mujer, enfrascado en los libros, un hombre gris que no esperaba mucho de la vida hasta que tropieza con una mujer que está a punto de saltar de un puente.

Este personaje descubre un libro escrito por un poeta portugués que días antes había ido a solicitar la mujer en una librería. Desde ese momento el profesor da un giro a su vida y siente un deseo enorme de conocer el lugar donde vivió Amadeu do prado, autor de la obra que lo llevará a dejar todo y tomar un tren.

La vida de este escritor lo inspira, las frases que lee lo llevan a descubrir y descubrirse, o podríamos decir a re descubrirse.  Su mirada cambia ante la amistad, el amor, la lucha, el coraje, la muerte. Todo lo que lee lo lleva a querer ser más arriesgado y dejar atrás esa vida sin sentido.

Repito mucho a familiares y amigos que hay maneras de morir, de hecho tengo una serie de poemas que llevan este nombre; pues con esta película descubrimos que cualquier cosa puede llevarnos a vislumbrar la esperanza y no seguir en la vida rutinaria que no es otra cosa que estar muerto en vida.

Con esta película recorrí pensamientos, historias, personas, lugares. Con esta película sentí mis contradicciones a través de las palabras, los silencios y los paisajes.

Te dejo algunas frases, solo algunas para que tú descubras otras. Te dejo un link, ojalá puedas un día verla si no la has visto o volverla a ver porque son de esas películas que te llevan de la mano por los laberintos de la vida, mirando si así lo quieres a través de una ventanilla.



 VER PELICULA EN LINEA (DAR CLICK)



 Viajamos a nosotros mismos al ir hacia un lugar donde vivimos parte de nuestra vida, sin importar lo breve que haya sido”.

“Cuando dejamos un lugar, dejamos una parte de nosotros mismos. Esta parte se queda aunque ya no estemos allí. Hay cosas que solo se puede encontrar si volvemos a un lugar”

 “Todo lo que hacemos lo hacemos por miedo a la soledad”

“Cuando la dictadura es un hecho, la revolución es un deber”

“La muerte es lo que hace que cada instante sea bello y horroroso. La muerte da vida al tiempo”

“Si solo vivimos una parte de la vida que hay dentro de nosotros, ¿qué pasa con el resto? “

Vivimos aquí y ahora. Lo ocurrido en otros lugares pertenece al pasado. Está casi olvidado”


Un saludo, espero disfruten su viaje. 

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martes, 17 de mayo de 2016

FELICIDAD...


Felicidad… es una palabra que hemos magnificado sacándola muchas veces de la realidad en la que vivimos,olvidando que la felicidad se encuentra ahí, al alcance de nosotros, porque simplemente está cuando sabemos disfrutar los momentos, los instantes que la vida nos regala. Son esos soplos de tiempo los que nos llevan a vivir plenamente. 

¿Cuántas veces hemos escuchado que la vida está formada por pequeños momentos, cuántas veces hemos repetido esta frase? pero, ¿somos conscientes de lo que significa realmente, lo aplicamos en nuestras vidas?

Si unimos esas horas, minutos, instantes, podríamos hacer días con ellos, incluso prolongarlos si damos lo mejor de nosotros mismos. 
Está comprobado que la felicidad es una forma de vida, y cuando digo esto me refiero a tener una mirada diferente para descubrir la vida. Tener los ojos llenos de asombro para maravillarnos con lo que nos rodea, como la mirada de los niños que disfrutan de cada descubrimiento. Sorprendernos con la vida nos lleva a un estado que se conoce como felicidad. Se siente regocijo en el alma cuando somos capaces de conectarnos con un atardecer, una flor, el color del cielo, la mirada de un niño o un anciano, los colores de la lluvia, el olor que esta deja a nuestro alrededor. 

Podemos hacer de nuestro mundo un manantial inagotable de sorpresas. Vivir cada día como una aventura que merece ser vivida plenamente, sembrar semillas de felicidad en nuestro interior para poder reflejar ese brillo en las pequeñas cosas que nos rodean. 

Las personas que en su vejez han declarado haber sido felices no tuvieron una vida en constante jolgorio, no pueden decir que sus años fueron una fiesta continua, simplemente han sabido aprovechar los momentos, la esencia de los instantes, han vivido intensamente lo único y lo irrepetible de cada situación.

El paso del tiempo nos recordará lo más significativo que ha sucedido en nuestras vidas y tendrán este carácter porque le hemos dado la importancia a esos momentos.

Te invito a leer  un cuento de Jorge Bucay a quien admiro profundamente y al que recurro en muchas ocasiones cuando hablo a otros de cosas sencillas como el arte de saber vivir.  Espero lo disfruten.

Un abrazo de luz sostenido.

Susana Jiménez Palmera.
Maestra en reiki
Coaching Personal

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El buscador 

Un buscador es alguien que busca, no necesariamente que encuentra.
Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe que es lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día, él buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de kammir. El había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió.
Después de dos días de marcha divisó, a lo lejos Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó mucho la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores; la rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada.
Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar
De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor, cuando de pronto descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:

Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:

Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas

El buscador se sintió terriblemente conmocionado.
Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba.
Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.
Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó. Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y dijo:
- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré…:

“Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:

A la izquierda, qué fue lo disfrutado.
A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.

Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media…?
Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso… ¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo…?
¿Y la boda de los amigos?
¿Y el viaje más deseado?
¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?
¿Horas? ¿Días?

Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos… Cada momento.

Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido”. 



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domingo, 15 de mayo de 2016

GRACIAS A LA VIDA

Mi entrada será acerca de las sensaciones que me visten desde hace algunos días.

He vivido días intensos, el parto de un nuevo libro y su entrega  a los lectores. Muchos, pocos, no lo sé, pero serán ellos los que le terminarán de dar vida a mis poemas con sus interpretaciones. Viví la presentación del nuevo libro en una feria Internacional, compartí con  escritores conocidos y otros no tanto, entregué mi poesía a diferentes personas y vi de forma inmediata sus reacciones. Viví momentos de felicidad pero también de angustia porque a veces nos preocupamos por cosas que luego entendemos no tenían importancia. Ese deseo humano de querer que todo salga bien y que nos aleja de vivir los instantes plenamente. Pero los viví y salí llena de agradecimiento.

Inmediatamente después viajé a ver graduar un hijo con una maestría que le servirá para ayudar a otros, a trabajar con minorías buscando la equidad, la igualdad, algo de justicia. Una maestría que le permitirá tocar personas, corazones y no dejarlas indiferentes. Fue muy emocionante verlo crecido, trabajando con pasión en lo que cree.

Entonces hoy después de muchos días quiero retomar el blog compartiendo mi agradecimiento a la vida una vez más por la posibilidad que me entregó para que viviera estos momentos.
Digo GRACIAS en mayúsculas con un grito que sale del alma, con una voz que se sabe hoy eterna, con los ojos llenos de asombro, espejo del rocío y del sol que siempre estuvieron cerca.
A veces da algo de vergüenza decir que uno es afortunado pero yo hoy lo quiero decir convencida, porque sé que hay personas que no viven intensamente los regalos que le entregan los días.

No es perfecta mi vida, ¿y para qué la quiero perfecta?

La agradezco tal cual y como la tengo hoy, llena de pensamientos, sentimientos, creación, amor, fe, esperanza, ganas de aprender. La agradezco con sus dificultades que me retan y me recuerdan que soy capaz de superarlas. No importa que tan fuerte se presente una situación, siempre debemos recordar que hay una bendición escondida o un aprendizaje, como lo queramos llamar.

Miro hacia atrás y solo puedo compartir mis agradecimientos. Sí, con las personas que pasaron por mi vida y me dejaron sus vidas, con las que hoy están cerca porque todavía están en mi camino dejando huellas. Agradecida con mis padres que me enseñaron a creer. Gracias a esa fe muchas veces he podido decir Sí aunque todo me esté gritando NO. Gracias a esa fe he podido abrir puertas que parecían cerradas, he sacado fuerzas a pesar de mi cuerpo y de mi mente cuando me han dicho que están agotados, he sabido ser humilde y reconocerme frágil, he podido entregarle a la vida situaciones que no puedo manejar.

Gracias doy hoy por mi fuerza interior, por mis deseos de aprender, por este corazón que no se conforma, por el amor que he recibido cada día de mi vida y que me reconfirma lo que toda persona debe tener claro. Somos únicos, bellos, necesarios (mientras estamos aquí), somos guía, maestros, cielo e infierno para los que se acercan a nuestras vidas. Nosotros elegimos lo que queremos ser para cada uno de ellos.

Hoy doy gracias por todas las herramientas que tengo, a las que recurro para sortear los momentos difíciles: a la oración, a Reiki, a la meditación, yoga, a mi escritura, a la poesía. Gracias a todo esto he podido moldearme, ser más liviana, ser más aire, más agua, más mirada, más silencio, más vida, menos miedo.

Gracias a mi cuerpo que me responde y me sigue en mis peregrinaciones, en mis búsquedas, ese cuerpo que me acompaña a diferentes sitios para descubrir el milagro perpetuo del amor. Gracias a mi memoria que va por su cuenta porque me recuerda más los momentos hermosos que las cosas tristes. Gracias a la vida por este lugar que me entrega, por no darme la espalda y caminar de frente conmigo, gracias al amor, sentimiento que me contiene y se hace carne en mi carne.

Hoy dejo una entrada de agradecimiento, seguro tienes muchas cosas para agradecer.

¿Sacarías el tiempo para hacer una pequeña lista de todas las cosas que tienes hoy para agradecer ?




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