El amor aflora en lo cotidiano

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...en el instante que se vive

miércoles, 20 de julio de 2016

SÍNTOMAS Y EMOCIONES EN EL QUINTO CHAKRA (GARGANTA)

Todos los que manejamos Reiki y energía sabemos que el cuerpo nos envía mensajes para que seamos capaces de detenernos en este ir y venir diario. Respeto a todos los que no creen  y como digo en mis encuentros, es necesario cuestionarlo todo.
Pero hoy simplemente voy a dejar una entrada acerca de aquello que puede estar diciendo el cuerpo cuando las vías respiratorias se ven afectadas.

Las dificultades al respirar están asociadas en la medicina oriental y alternativas, al conflicto que podemos tener entre el lugar que ocupamos  y el que nos gustaría ocupar. Este conflicto también podría darse a nivel de los deseos materiales y espirituales. Un choque de realidades que nos lleva por momentos a sentir en el plano físico que nos estamos ahogando.

La garganta es nuestro centro energético asociado a la verdad, o chakra, como prefieras llamarlo. Está vinculado a la expresión en todos los aspectos y a la creatividad. Algunas veces reprimimos tanto nuestras emociones que  el cuerpo nos entrega un síntoma y nosotros no lo relacionamos con una emoción. Solemos decir “vengo con un proceso inflamatorio en la garganta o en vías respiratorias”  y ahí nos quedamos,  en el síntoma físico.

Este centro une los puntos energéticos inferiores de nuestro cuerpo con nuestra cabeza, es como el puente entre nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, entre impulsos y reacciones. Es un centro energético que maneja la risa pero también el llanto, el amor pero también la angustia y la ira, maneja nuestros deseos y la percepción interna que hacemos de lo que vemos.

Siempre hemos sabido que una respiración superficial aparece cuando hay miedo o pánico, pues no tenemos que irnos al extremo, solo hagamos el ejercicio de permitirnos  ver de qué manera estamos respirando y desde nuestro centro encontrar si estamos siendo superficiales  y con  qué cosas (o personas).

Inspirar y expirar es un acto de amor y armonía, es como una perfecta comunicación entre el yo y el mundo externo.

Si me estoy sintiendo limitado no voy a dejar que las cosas fluyan a mí alrededor. Si hay dudas para entregarse a vivir o a compartir sentimientos, la respiración no será suficiente porque es el mensaje que estamos enviando y que nuestro cuerpo recibe (esto a veces es inconsciente).

Vivimos protegiéndonos de no decir esto o aquello, de maquillar ciertos sentimientos o simplemente pasamos muchos años sin sabernos expresar. Limpiarnos de momentos y emociones no expresadas o mal expresadas lleva tiempo y mucho trabajo interior. Este chakra es uno de los más fuertes usando la memoria.

Aquí solo hablo de emociones y de cómo afectan nuestro cuerpo, no hablo de los excesos o de otra clase de enfermedades que atañen a los médicos (aunque la metafísica insista y con diversos estudios que toda enfermedad tiene una raíz emocional).

Si vienes sintiendo que los canales que involucran la respiración están alterados y quieres manejarlos con medicina convencional es perfectamente entendible pero no debemos pasar por alto lo que está pasando a nivel de emociones.

Las preguntas que nos deberíamos hacer serían:
  1. ¿Hay algo que me corta el aliento?
  2. ¿Estoy respirando en calma o estoy tratando de beberme el aire sin disfrutar?  
  3.  ¿ A qué me estoy resistiendo?
  4. ¿Hay alguna cosa que no quiero escuchar?
  5. ¿Tengo miedo de intentar, de volver a decir algo que antes ya había dicho y no fue bueno decirlo según  el criterio de otros?


Y luego, desde tu centro entender que podemos separar nuestros  sentimientos de los juicios  y del cuerpo mental. Nuestros sentimientos no deben ser rehenes ni generar mensajes negativos, simplemente son eso, sentimientos. Escuchemos nuestra voz interior y dejemos que salga abierta y plena, desahogada y confiada.

Un color: azul
Un olor: Eucalipto
¡y visualiza!

 “Confía en ti mismo. Sabes más de lo que crees que sabes” -Benjamin Spock-




Te dejo un abrazo fuerte, sostenido y bañado de luz.
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domingo, 3 de julio de 2016

CUIDADO CON LAS RELACIONES TÓXICAS





Somos sociables por naturaleza y el intercambio con los demás no solo nos trae bienestar sino también aprendizajes importantes.
A veces vamos por la vida relacionándonos con todos, sin tener presente que las personas que permitamos entrar en nuestras vidas, van a tener la oportunidad de influenciarnos con sus acciones y con sus palabras. De la misma manera también nosotros lo hacemos en la vida de los otros, por eso la idea es aprender a estar consientes del poder que tenemos y utilizarlo con responsabilidad.
Hay personas que van por la vida repartiendo amarguras, indiferencia, quejándose de los eventos cotidianos de la vida (el transito, el clima, los hábitos de otros) sin ninguna finalidad, solo por la costumbre de ir señalando. Se cargan con sus propias palabras y actitudes y sin querer muchas veces cargan a los que están cerca.
Generalmente son personas que justifican lo que pasa a su alrededor señalando a otros como culpables, pero pocas veces reconocen que ellos mismos han producido lo obtenido. No se sienten víctimas pero sí pueden ver la victimización en otros.

En los estudios psicológicos se ha determinado que la gente toxica son como vampiros emocionales, cuando has estado mucho tiempo al lado de personas así, te puedes sentir  cansado,  desanimado, como si hubieran absorbido nuestra vitalidad. No son fáciles para la convivencia ya que sus puntos de vista son muy arraigados y no son flexibles a la hora de los cambios.

Cuando alguna relación interpersonal no está yendo bien y hay gente tóxica involucrada, (aquí hablo de parejas, amigos, compañeros de trabajo, padres, hijos) se puede notar cómo esas personas no se preocupan por la relación o por los sentimientos, es el ego y su bienestar lo que prima.

Hasta aquí vamos bien, pero no debemos olvidar que TODOS en algún momento podemos tener patrones o comportamientos que resulten tóxicos para otros, entonces tenemos que vivir más consientes, observándonos y observando. Es muy importante saber cómo está  nuestra autoestima, si no está  fuerte, es más fácil caer en este tipo de relaciones o conductas porque estaríamos buscando reconocimiento o aprobaciones de otros.

Todos disponemos de los recursos necesarios para modificar ciertas actitudes en la vida y construir nuestros días más placenteros; pero cuando estamos consientes y sabemos que estamos aportando, y sin embargo sentimos que hay una carga o una energía pesada que no permite fluir, observemos si hay en el aire la siguiente pregunta: ¿Qué he hecho mal?
Si esta pregunta ronda en el ambiente con mucha frecuencia, podría ser momento para detenernos y analizar. Nadie debería sentirse culpable completamente por algo que esté ocurriendo entre dos o más personas. El sentimiento de culpa recurrente es un aviso de una relación toxica.


En los seminarios de empoderamiento que hemos vivido, los mapas o guías que hemos podido sacar para tener avisos más claros son:

-     Aunque es hermoso ir por la vida diciendo cosas bonitas y recibiéndolas, tenemos que aprender que no todo el mundo está dispuesto a esto, así que no podemos depender emocionalmente de otros o esperar que sean los demás quienes nos valoren.
-          Tener presente que cada persona tiene sus debilidades y sus miedos, no somos mejores ni peores. Nadie puede señalarnos.
-      Confiar en nuestro instinto y no vivir en la cuerda floja de la duda que lo único que hace es golpear la autoestima. Y muchísimo menos si la duda es transmitida por el otro.
-      Auto-evaluarnos aunque los otros no lo hagan y aprender a  sentirnos merecedores de lo mejor. Solo nosotros seremos capaces si así lo trabajamos de darnos lo mejor.


 Por último, recordar que hay varios tipos de comportamientos tóxicos, pero los más comunes se ven claramente en los agresivos o en los pasivos. Todo se puede corregir y si somos nosotros los que estamos generando actitudes toxicas, debemos trabajar en ellas para romperlas y deshacer ese círculo vicioso que nos daña y daña a los que nos rodean. Pero si son otros los tóxicos y ya hemos identificado ciertas actitudes que nos perturban, no podemos sentirnos responsables por sus cambios ni por sus vidas. Podemos ser apoyo, pero no depende de nosotros los cambios de los otros. Si descubres que te afecta más de lo que te aporta, alejarse de esas relaciones sería lo más sano.

Identifica qué tipo de persona eres, con quién eres toxica y con quién no, elije qué tipo de persona quieres ser y con quién quieres relacionarte.


Para nuestro crecimiento emocional y personal, necesitamos relaciones sanas que nutran.

Te dejo un abrazo fuerte, sostenido y bañado de luz.

Susana Jiménez Palmera 
Maestra en Reiki
Coaching personal con PNL 

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