La mayoría de nosotros no
prestamos mucha atención a nuestro cuerpo y cuando hablo de esto no solo me
refiero a la parte física. Últimamente las balanzas se inclinan a los polos
opuestos, o nos dedicamos por épocas a las emociones, a la mente (pensamientos)
o hablamos de dietas detox, ejercicios, cirugías, en fin todo lo que tiene que
ver con lo externo olvidándonos que todo está unido y que si descuidamos alguna de
las partes pagaremos un alto precio. Lo uno se ve reflejado en lo otro.
Pasé un fin de semana manejando
emociones, pensamientos y observando cómo estaba tratando mi cuerpo físico.
Lo primero que me entregaron al
llegar al seminario fueron unos cartones de colores con algunas preguntas escritas
como las siguientes:
¿Cómo cuidas tu cuerpo, lo
alimentas bien, lo llevas al médico, lo ejercitas, lo mimas? o por el contrario
¿lo maltratas?, ¿de qué manera lo haces?
¿Qué rutina tienes para calmar la
ansiedad, la tristeza?, ¿sabes entrenar tu cerebro en forma positiva?
Una vez contestamos las preguntas
y sin detenerse los coaches en las respuestas, nos invitaron a tratar el cuerpo como si fuera
el mejor amigo. Era un reto, aunque parecía fácil se trataba de darle por 72
horas a nuestro cuerpo lo que le daríamos a ese amigo.
La idea era estar presentes desde el
momento en el que abríamos nuestros ojos.
¿Cierto que no suena nada fácil? Claro
que no lo es, porque no lo hacemos consientes, nos levantamos en automático. Tendríamos
que empezar por dar gracias al amigo que está con nosotros, mostrarle el
afecto, sonreír que sería como decirle: estamos a gusto, estamos conectados.
A lo largo del día invitarlo a
pasear, (no lo podemos dejar dentro de casa) darle agua y siempre tratarlo con cariño estemos haciendo lo que estemos haciendo.
Los que vivimos en ciudad deberíamos
tener una costumbre al menos una vez a la semana, dar un baño de naturaleza a
nuestro cuerpo. En Japón hay una terapia para aliviar el estrés emocional que se
llama “Shinrinyoku” o “baño de bosque”. Es simplemente mantenernos en contacto
con la naturaleza ya que ella en su increíble diversidad nos acoge, nos integra
y no nos rechaza ni nos compara. Cuando estamos en contacto con la naturaleza
nuestra necesidad diaria de organizar cede porque ella va a su ritmo y solo nos
queda contemplarla.
Y si ya somos capaces de detenernos,
sería ideal observar nuestra respiración.
¿Cuántas veces somos consientes de esto en el día? Seguro que ni le prestamos atención. Pues respirar bien es fundamental y no siempre lo hacemos de manera correcta. Si llevamos una mano al pecho y otra al abdomen en el momento que tomamos aire, podremos notar qué mano se eleva más. Debería elevarse más la que tenemos en el estomago porque así no solo estamos utilizando la parte superior de los pulmones. Al respirar expandiendo el estomago elevamos la capacidad pulmonar, nuestro diafragma se ensancha y además estaremos llevando más nutrientes y oxigeno al cuerpo. Es cuestión de práctica y de estar muy conscientes.
¿Cuántas veces somos consientes de esto en el día? Seguro que ni le prestamos atención. Pues respirar bien es fundamental y no siempre lo hacemos de manera correcta. Si llevamos una mano al pecho y otra al abdomen en el momento que tomamos aire, podremos notar qué mano se eleva más. Debería elevarse más la que tenemos en el estomago porque así no solo estamos utilizando la parte superior de los pulmones. Al respirar expandiendo el estomago elevamos la capacidad pulmonar, nuestro diafragma se ensancha y además estaremos llevando más nutrientes y oxigeno al cuerpo. Es cuestión de práctica y de estar muy conscientes.
Esta respiración la usamos mucho
en Reiki y en yoga, puedo asegurarles que el cuerpo se relaja y nos hace sentir
mejor. Una pregunta, ¿sabías que las personas con problemas de peso por
ansiedad o personas que manejan altos niveles de estrés respiran a través del
pecho y no del diafragma?
No te olvides de sonreír, aunque
no tengamos ganas podemos engañar el cerebro. Esta es otra manera de cuidar nuestro cuerpo. Solo
toma 15 segundos para que el cerebro comience a generar dopamina que nos ayuda
a sentir mejor.
Dedica unos minutos al día a tu
pasión, busca frases que te inspiren y ponlas en un lugar que puedas verlas fácilmente.
Revisa qué pensamientos han predominado en el día y si son más los negativos
comienza desde el instante que eres consciente a pensar cosas positivas. El cerebro necesita que lo ejercites, estamos
programados para aprender hasta el último día de nuestra vida. Nuestro cerebro
no es diferente al resto de nuestro cuerpo, él necesita que se le estimule y se
le rete para propiciar la generación de nuevas neuronas. Usa tu capacidad de memorizar
y razonar, hay muchas actividades que nos ayudan a conseguir este objetivo.
Son pequeños tips que si lo hacemos
costumbre podemos mejorar nuestro cuerpo y nuestro estilo de vida.
Por último te invito a que
pienses en este momento en 10 palabras que te parezcan bellas, ¡exprésalas en
voz alta!
Te dejo un abrazo fuerte,
sostenido y bañado de luz.
Muy interesante y sano para elma y el cuerpo, a veces con ls prisas del cuerpo nos olvidamos sin pensar que es el carruaje que nos transporta alla a donde necesitamos ir.
ResponderEliminarAl igual que la mente al cerrar los ojos nos deja llegar a lugares de ensoñada paz.
Gracias por estas profundas letras.
Un abrazo.
Ambar