El amor aflora en lo cotidiano

El amor aflora en lo cotidiano
...en el instante que se vive

domingo, 3 de julio de 2016

CUIDADO CON LAS RELACIONES TÓXICAS





Somos sociables por naturaleza y el intercambio con los demás no solo nos trae bienestar sino también aprendizajes importantes.
A veces vamos por la vida relacionándonos con todos, sin tener presente que las personas que permitamos entrar en nuestras vidas, van a tener la oportunidad de influenciarnos con sus acciones y con sus palabras. De la misma manera también nosotros lo hacemos en la vida de los otros, por eso la idea es aprender a estar consientes del poder que tenemos y utilizarlo con responsabilidad.
Hay personas que van por la vida repartiendo amarguras, indiferencia, quejándose de los eventos cotidianos de la vida (el transito, el clima, los hábitos de otros) sin ninguna finalidad, solo por la costumbre de ir señalando. Se cargan con sus propias palabras y actitudes y sin querer muchas veces cargan a los que están cerca.
Generalmente son personas que justifican lo que pasa a su alrededor señalando a otros como culpables, pero pocas veces reconocen que ellos mismos han producido lo obtenido. No se sienten víctimas pero sí pueden ver la victimización en otros.

En los estudios psicológicos se ha determinado que la gente toxica son como vampiros emocionales, cuando has estado mucho tiempo al lado de personas así, te puedes sentir  cansado,  desanimado, como si hubieran absorbido nuestra vitalidad. No son fáciles para la convivencia ya que sus puntos de vista son muy arraigados y no son flexibles a la hora de los cambios.

Cuando alguna relación interpersonal no está yendo bien y hay gente tóxica involucrada, (aquí hablo de parejas, amigos, compañeros de trabajo, padres, hijos) se puede notar cómo esas personas no se preocupan por la relación o por los sentimientos, es el ego y su bienestar lo que prima.

Hasta aquí vamos bien, pero no debemos olvidar que TODOS en algún momento podemos tener patrones o comportamientos que resulten tóxicos para otros, entonces tenemos que vivir más consientes, observándonos y observando. Es muy importante saber cómo está  nuestra autoestima, si no está  fuerte, es más fácil caer en este tipo de relaciones o conductas porque estaríamos buscando reconocimiento o aprobaciones de otros.

Todos disponemos de los recursos necesarios para modificar ciertas actitudes en la vida y construir nuestros días más placenteros; pero cuando estamos consientes y sabemos que estamos aportando, y sin embargo sentimos que hay una carga o una energía pesada que no permite fluir, observemos si hay en el aire la siguiente pregunta: ¿Qué he hecho mal?
Si esta pregunta ronda en el ambiente con mucha frecuencia, podría ser momento para detenernos y analizar. Nadie debería sentirse culpable completamente por algo que esté ocurriendo entre dos o más personas. El sentimiento de culpa recurrente es un aviso de una relación toxica.


En los seminarios de empoderamiento que hemos vivido, los mapas o guías que hemos podido sacar para tener avisos más claros son:

-     Aunque es hermoso ir por la vida diciendo cosas bonitas y recibiéndolas, tenemos que aprender que no todo el mundo está dispuesto a esto, así que no podemos depender emocionalmente de otros o esperar que sean los demás quienes nos valoren.
-          Tener presente que cada persona tiene sus debilidades y sus miedos, no somos mejores ni peores. Nadie puede señalarnos.
-      Confiar en nuestro instinto y no vivir en la cuerda floja de la duda que lo único que hace es golpear la autoestima. Y muchísimo menos si la duda es transmitida por el otro.
-      Auto-evaluarnos aunque los otros no lo hagan y aprender a  sentirnos merecedores de lo mejor. Solo nosotros seremos capaces si así lo trabajamos de darnos lo mejor.


 Por último, recordar que hay varios tipos de comportamientos tóxicos, pero los más comunes se ven claramente en los agresivos o en los pasivos. Todo se puede corregir y si somos nosotros los que estamos generando actitudes toxicas, debemos trabajar en ellas para romperlas y deshacer ese círculo vicioso que nos daña y daña a los que nos rodean. Pero si son otros los tóxicos y ya hemos identificado ciertas actitudes que nos perturban, no podemos sentirnos responsables por sus cambios ni por sus vidas. Podemos ser apoyo, pero no depende de nosotros los cambios de los otros. Si descubres que te afecta más de lo que te aporta, alejarse de esas relaciones sería lo más sano.

Identifica qué tipo de persona eres, con quién eres toxica y con quién no, elije qué tipo de persona quieres ser y con quién quieres relacionarte.


Para nuestro crecimiento emocional y personal, necesitamos relaciones sanas que nutran.

Te dejo un abrazo fuerte, sostenido y bañado de luz.

Susana Jiménez Palmera 
Maestra en Reiki
Coaching personal con PNL 




Subscribe to Our Blog Updates!




Share this article!

No hay comentarios:

Return to top of page
Powered By Blogger | Design by Genesis Awesome | Blogger Template by Lord HTML