La mayoría de las personas tenemos metas pero no todos trabajamos para conseguirlas. No podemos quedarnos solo en el deseo porque el tiempo es nuestro peor enemigo. No se va a detener y si no tenemos un plan concreto para realizar las tareas que nos llevarán al fin que pretendemos, los resultados no serán positivos.
Hay que tener una firme decisión para triunfar en cualquier cosa que deseemos, desde una simple dieta para subir o bajar de peso hasta metas más grandes a nivel personal y profesional.
Llegar a la meta implica superar obstáculos, adversidades, contratiempos, requiere de un trabajo diario, constante, entrenarnos en la perseverancia. Pero todo lo antes mencionado se puede resumir en un solo concepto que hoy se maneja mucho en los diferentes seminarios de crecimiento personal. Hablo de aprender a ver lo que deseamos desde el interior. ¿Y cómo funciona esto?, pues lo llaman: Sistema de Activación Reticular.
Recibimos demasiada información a diario y el cerebro procesa de manera rápida aquello que puede servirnos de gran utilidad. A un músico se le facilita más distinguir los tonos melódicos aunque esté en medio de una multitud, un empresario es capaz de ver una oportunidad de negocio donde un artista no la ve. Así pues con ejemplos tan simples como estos, podemos deducir que el cerebro procesa muy rápido la información para la que ha sido entrenado.
¿Por qué no entrenar la mente entonces para adoptar creencias poderosas que nos ayude a centrarnos en las metas y ver los caminos que nos pueden apartar o acercarnos a ella?
Entrenar es la palabra, enfocar los sentidos en todo aquello que nos estimula y pueda aportar en nuestra ruta para conseguir metas.
En algunos casos llevamos años con ideas pre concebidas, con juicios adquiridos que no queremos dejar y esto termina condicionando nuestra mirada consciente. Las ideas pre establecidas toman poder sobre nuestros pensamientos llevándonos a actuar de una manera que muchas veces no queremos y produciendo resultados que no deseamos.
Mirar la meta con determinación nos llevará a actuar de forma positiva y oportuna, con ganas de triunfar en el proyecto que tengamos entre manos. ¡Hasta el amor es un proyecto!
Tener claras las directrices, los pasos que queremos dar a diario para alcanzar la meta nos llevará cada día a estar más cerca de lo que nos proponemos.
Los limites los imponemos nosotros.
Si queremos hacer logros en algún aspecto de nuestras vidas debemos entender que solo nosotros creamos nuestra realidad, y que nuestra mente la entrenamos para que asimile lo que necesitamos, facilitando nuestros objetivos.
Mantenernos después del impulso, descubrir y potencializar todo lo que nos pueda favorecer, es nuestra tarea.
¿Qué quieres? (metas posibles y concretas).
«La principal causa por la que la gente no consigue lo que quiere es que no sabe lo que quiere». T. Harv Ecker
Taller: Coaching Personal.
Susana Jiménez Palmera
Susana Jiménez Palmera
