El amor aflora en lo cotidiano

El amor aflora en lo cotidiano
...en el instante que se vive

lunes, 8 de febrero de 2016

SOLO PUEDES CAMBIARTE TÚ



Hace unas semanas una psiquiatra amiga con la que me encuentro haciendo el taller “REINVENTARME” me hizo una pregunta que parecía  fácil mientras hablábamos de las relaciones interpersonales.

-         -  ¿Qué es lo único que no puedes hacer? no saquemos la pregunta de contexto, tengamos en cuenta el tema de conversación.

Y la respuesta aunque obvia, daba para toda una disertación.

-        -   No puedo cambiar al otro, solo puedo cambiarme a mí misma.

---------------------------------------°°°---------------------------------------------------------
Vivimos pensando en lo que no tenemos, y esto nos lleva a realizar cambios en nuestro entorno para rodearnos de lo mejor. Además nos dicen que no hacerlo es habitar el conformismo, no aspirar, anclarnos en la rutina, encallar en una vida que muchas veces no nos gusta. Entonces está bien esforzarnos para cambiar hábitos, soñar y hacer un plan de sueños para llevarlos a cabo si no nos encontramos felices. Pero el problema comienza cuando creemos que también podemos cambiar al otro, podríamos justificarnos y decir que lo hacemos por su bien o por el bien de una relación (sea cual sea)  pero esto aparte de no ser posible, nos resta fuerza y luz.

Mientras seguíamos conversando ella que se encontraba frente a mí, se levantó y vino a sentarse a mi lado, inmediatamente yo giré mi cara hacia ella y mi cuerpo también se movió para quedar de frente. Este simple ejercicio podría indicar que si nosotros cambiamos, el otro debería cambiar, pero puede no ocurrir.

Sin forzar al otro mi cambio debería ser una invitación  a seguirme, su interés por mí tendría que generar algunas preguntas: ¿A dónde va?, ¿qué ha pasado con esta persona?, ¿quiero seguirla, o sigo en lo mío? Esto bastaría para tener un punto de encuentro. Si no sucede, ¿para qué queremos tener estas personas a nuestro lado? o ¿para qué queremos cambiarlas?

Queremos cambiar a la otra persona  cuando tenemos un interés, cuando nos proyectamos con el otro, cuando queremos vernos juntos pero ignoramos  otras necesidades en aras de querer que una relación fluya.  En esta lucha nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestro crecimiento, del respeto que nos debemos y debemos al otro.

Si la otra persona no quiere cambiar o modificar para que mejore una relación, no merece la pena insistir en ello. No es simple si hay un sentimiento real, no lo es si existían sueños, pero todo se puede si recordamos que solo podemos cambiarnos a nosotros mismos y en ese cambio podemos encontrar lo que nos calce mejor.

Tratar de cambiar al otro nos aleja de la alegría que se siente al construirnos.  

No olvidemos: Aceptamos lo que creemos merecer. Nos merecemos lo mejor de nosotros para nosotros.

Susana Jiménez Palmera 







Subscribe to Our Blog Updates!




Share this article!
Return to top of page
Powered By Blogger | Design by Genesis Awesome | Blogger Template by Lord HTML