La mayoría de las personas que
conozco opinan que estos libros o cursos no sirven para nada, pero, ¿cuáles son
las expectativas que tenemos al leer un libro de autoayuda?, ¿de verdad
esperamos que obre un milagro en nosotros o nos entregue pautas masticadas para lograr
la felicidad anhelada?
Creo que ahí radica el problema. Pretender conseguir
algo de forma inmediata, creer que solo con leer un libro o asistir a un seminario nos vamos a sentir de maravilla,
sin más. Puede que así suceda, pero no podemos olvidar que lo verdadero es lo
que permanece, y esto se consigue practicando a diario, modificando conductas
hasta transformar los hábitos.
Si leemos los libros esperando la felicidad empacada en unos mensajes, seguramente al poco tiempo lo
olvidaremos y volveremos a las conductas antiguas, pregonando lo inútil que ha resultado el libro.
Algunas personas se obsesionan y
creen que todo se puede conseguir con una simple visualización, repitiendo jaculatorias
o deseos como si fueran un abracadabra. Si bien está comprobado que lo que decimos
influye en nuestro inconsciente, no
podemos ser tan ingenuos y creer que por el simple hecho de decir: atraigo la
abundancia, esta se dará. Es más, a raíz de estos ejercicios que parecen trucos
infantiles, llamados “ley de la atracción” y que tomaron auge con el libro y la
película “El secreto” es que han aumentado las frustraciones en el camino para conseguir
cambios reales.
Nadie puede prometer cambios
inmediatos, ningún cambio es sencillo, tenemos que partir de esta premisa, si
no lo hacemos podemos caer en la desmotivación al ver que no obtenemos
resultados a pesar de nuestros esfuerzos.
Sé que hay mucha charlatanería en esto de la
autoayuda y el crecimiento personal, pero también tenemos buenos autores,
profesionales idóneos que capacitan a
otros y entregan herramientas para
aprender a vivir mejor. Si queremos mejorar el carácter, modificar conductas, si queremos aprender a optimizar nuestra salud física y emocional, debemos
documentarnos, leer quién es el autor,
sus credenciales y estudios. Si es un seminario, es nuestro deber averiguar quién
lo imparte, en qué teoría se basan para enseñar lo que están entregando. Busquemos
críticas positivas, negativas y saquemos nuestras conclusiones. Confiemos en nosotros,
en lo que necesitamos, en nuestro criterio, sin olvidar que esto solo son pasos
que daremos para recorrer un largo trecho. El cambio no es mágico.
Esto funciona igual que cuando
tenemos una dolencia física y vamos al médico convencional, o como cuando
queremos bajar de peso y acudimos al especialista en nutrición. Nada sucederá por el
solo hecho de haber visitado a un profesional si no cambiamos los hábitos alimenticios, si no aumentamos el ejercicio diario, dejamos de fumar, tomamos las medicinas, etc.
No solo por decir: estoy delgado (a), o me visualizo delgado va a ocurrir. Ahí
difiero con la famosa ley de atracción. Me puedo visualizar más delgado si es
el caso, pero también tengo que visualizarme en plena acción, ejecutando tareas
que me lleven a mi meta. Lo más seguro es que habrá menos desengaño.
Cuando decidimos cambiar un patrón
debemos tener constancia, rodearnos de personas que nos apoyen y apartar
aquello que nos sabotea nuestro crecimiento.
En estos meses de estudio he
descubierto que manteniéndonos firmes en las decisiones y trabajando para conseguir las metas, logramos que el sendero se abra ante nuestros ojos. Algunas cosas que nos tallaban se apartan y algunas personas se van quedando en el
camino; entonces podemos dejarlas con amor y sin apegos. Quizás porque entendemos que no hablan nuestro idioma y no podrían
darnos apoyo o porque ya los vemos diferentes, comprendiendo desde el corazón que si estamos bien con nosotros mismos la renovación se dará. Ese podría ser el principio de un
gran cambio.
Los libros ayudan si los tomas
como lo que son, experiencias de otros, ejemplos que podrían ayudar en un
proceso, métodos que pueden enseñarte a alcanzar un fin, pero no podemos
esperar que funcionen para todos y esto va con los seminarios también. Igual
que con los psicólogos o algunos médicos, a unos les funcionan y a otros no.
Eso sí, salgan corriendo si les
ofrecen un milagro, el milagro lo construyes tú en tu día a día y con una buena actitud.
PD: Feliz en mis talleres de Coaching
y PNL, plena en el taller “Reinventar-me”, modificando mi
manera de hablar, de juzgar y de ver la vida. En mi camino.
Susana Jiménez Palmera
Susana Jiménez Palmera
"Cuando te das cuenta de que ninguna otra persona puede hacerte feliz y que la felicidad es el resultado de tu propio amor, habrás iniciado el camino de autonomía más importante de tu vida" Tomado del libro: La maestría del amor.
ResponderEliminarGracias a todos los que me envían correos y me comentan. La verdad es que estoy disfrutando mucho este compartir. Gracias por las sugerencias.
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